El primer ministro australiano, Anthony Albanese, viaja el sábado a China para escenificar el deshielo tras años de tumultuosas relaciones entre ambos países por diferencias económicas y políticas.
El líder laborista, cuyo desplazamiento a Pekín y Shanghái durará cuatro días, es el primer dirigente de Australia en viajar a China desde 2016.
El Ministerio chino de Relaciones Exteriores dijo el viernes que Albanese se reunirá con dirigentes del país y «mantendrá un intercambio profundo sobre cuestiones bilaterales» internacionales y regionales.
«China está dispuesta a trabajar con Australia para hacer de esta visita una ocasión para reforzar la comunicación, incrementar la confianza mutua, ampliar la cooperación, profundizar la amistad y alentar la mejora continua (…) de las relaciones bilaterales», dijo el portavoz de la diplomacia china Wang Wenbin.
«Una relación sana y estable entre China y Australia responde a los intereses fundamentales de los dos países», agregó.
Las relaciones entre Canberra y Pekín se tensaron particularmente cuando el anterior gobierno conservador de Australia reclamó una investigación internacional sobre el origen del coronavirus, detectado por primera vez en China a finales de 2019.
El gigante asiático impuso en 2020 elevados aranceles a varias importaciones desde Australia como la cebada, la carne de vacuno o el vino y dejó de comprar importantes cantidades de materias primas como el carbón.
Desde la llegada al poder de los laboristas australianos (centro-izquierda) en mayo de 2022, China ha reducido progresivamente estos aranceles.
Pero pese al paulatino deshielo, Albanese destacó que los dos países no estaban alineados a nivel estratégico.
«Somos lúcidos en esta cuestión. Somos dos naciones cuya historia, valores y sistemas políticos son muy distintos», dijo el australiano en una visita reciente a Washington.
En el plano diplomático también se consiguieron avances, como la liberación en octubre de la periodista australiana Cheng Lei, detenida desde hacía más de tres años en China por acusaciones de espionaje.
Esta liberación reavivó la esperanza de los hijos del escritor australiano Yang Jun, encarcelado en China desde 2019, que pidieron a Albanese abordar la situación de su padre durante la visita a Pekín.
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