El presidente Emmanuel Macron abogó este martes por la «autoridad» y el «orden» para relanzar su mandato en Francia, con medidas como la introducción de uniformes escolares, y luchar contra una extrema derecha fuerte en los sondeos.
Durante más de dos horas, el mandatario de 46 años expuso durante una rueda de prensa sus planes, días después de nombrar a un nuevo primer ministro, el joven Gabriel Attal, y un nuevo gobierno, que viró a la derecha.
Uniformes escolares, regular el uso de dispositivos móviles por los jóvenes, operaciones de lucha contra el tráfico de drogas o medidas para fomentar la natalidad fueron algunos de sus múltiples anuncios.
«Estoy convencido de que tenemos todo lo necesario para tener éxito», de que «no hemos terminado con nuestra historia de progreso y de que nuestros hijos vivirán mañana mejor que nosotros hoy», aseguró.
Macron fue reelegido en 2022 para un segundo y último mandato consecutivo hasta 2027, pero su primera parte de la legislatura estuvo marcada por las crisis políticas vinculadas a sus reformas de la pensiones y migratoria.
La rueda de prensa de este martes en la Sala de Fiestas del Palacio del Elíseo, sede de la presidencia, buscaba relanzar con un nuevo rumbo el mandato de un presidente que carece de mayoría absoluta en el Parlamento.
Pero la oposición de izquierdas criticó un discurso «reaccionario», en palabras de la ecologista Marine Tondelier, y la derecha lamentó un «ejercicio de autosatisfacción», según su líder Éric Ciotti.
«Me pongo en la piel de los franceses, que deben preguntarse: Pero al final, mañana por la mañana, cuando vaya a trabajar, ¿qué va a cambiar en mi vida cotidiana?», se preguntó el líder ultraderechista Jordan Bardella.
«Orden y progreso»
Macron, elegido en 2017 con la promesa de superar la división entre derecha e izquierda, confirmó su giro a la derecha al asumir algunas de sus tradicionales demandas, sobre todo en Educación.
En este sentido, prometió que un centenar de centros educativos experimentarían este año el uso del uniforme y que este podría generalizarse a partir de 2026.
Abogó por reformar la «instrucción cívica», por que los alumnos de primaria la Marsellesa –el himno nacional–, por las ceremonias de entrega de diplomas en secundaria y por clases de teatro obligatorias.
El polémico Servicio Nacional Universal (SNU), un programa voluntario destinado a jóvenes de liceo que busca fomentar el servicio a la Nación con actividades de cohesión y de interés general, se generalizará.
«No creo que lo simbólico sea anticuado. Lo que necesita nuestro país es orden y progreso (…) Hay que darle puntos de referencia», opinó.
El mandatario también apoyó a su nueva ministra de Educación, Amélie Oudéa-Castéra, quien indignó a los profesores al criticar la escuela pública para justificar la escolarización de sus hijos en la privada.
«Rearme demográfico»
Macron inició su intervención avanzando que quería regular el uso de «pantallas» (celulares, dispositivos móviles, etc.) por parte de los menores en «casa» y en la «escuela», y no descartó «prohibiciones» ni «restricciones».
El gobierno francés presentará además un nuevo permiso de paternidad y maternidad de seis meses, y un «gran plan» para luchar contra la «lacra» de la infertilidad, con el objetivo de lograr un «rearme demográfico».
«Francia también será más fuerte si aumenta su tasa de natalidad», aseguró horas después de conocerse que la segunda economía de la Unión Europea (UE) registró en 2023 su nivel más bajo de nacimientos desde 1946.
Comprometiéndose a luchar contra la inmigración irregular o contra el islam radical, Macron defendió también sus polémicas leyes en los temas predilectos de la extrema derecha, para «evitar su regreso» en Francia y en Europa.
El partido Agrupación Nacional (RN) de la ultraderechista Marine Le Pen lidera los sondeos en Francia de cara a las elecciones al Parlamento Europeo de junio, unos diez puntos por delante del oficialismo.
«El RN como todas las extremas derechas en Europa es el partido del empobrecimiento colectivo, de la mentira», de la «ira fácil», denunció Macron, «infeliz» por verlo encabezar las encuestas.
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