Australia anunció el sábado un acuerdo de compensación de 555 millones de euros (584 millones de dólares) con el astillero Naval Group, de Francia, por la ruptura de un contrato de suministro de submarinos que provocó una crisis diplomática de varios meses entre ambos países.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, afirmó que era un acuerdo «justo y equitativo» tras la ruptura del contrato multimillonario con el constructor francés para, en su lugar, adquirir submarinos estadounidenses o británicos de propulsión nuclear.
En total, el país oceánico rompió un contrato que sumaba cerca de 56.000 millones de euros, lo que desató una crisis diplomática que enfrentó a Australia y a Francia, y que amenazó con torpedear un acuerdo comercial entre los australianos y la Unión Europea.
El ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, de visita en Singapur, afirmó que su país «toma nota» del acuerdo.
«Este acuerdo es importante porque nos va a permitir abrir una nueva página en nuestra relación bilateral con Australia y mirar hacia el futuro», declaró Lecornu a los periodistas.
Un poco antes de que se pronunciara el gobierno francés, la empresa Naval Group celebró en un escueto comunicado el acuerdo que calificó como «equitativo», sin hacer mención a la cantidad de la indemnización.
En septiembre de 2021, el entonces primer ministro australiano Scott Morrison rompió repentinamente el contrato con Naval Group para producir submarinos de propulsión diésel, que llevaba años en marcha.
Y anunció la adquisición de naves británicas o estadounidenses de propulsión nuclear, un cambio significativo en un país con escasa capacidad atómica.
La decisión indignó al presidente francés, Emmanuel Macron, que acusó a Morrison de mentirle. Desde entonces, las relaciones eran gélidas hasta mayo pasado, cuando el progresista Albanese fue elegido primer ministro.
«Estamos estableciendo una mejor relación entre Australia y Francia», dijo Albanese tras hablar con Macron por este acuerdo. «Estoy deseando aceptar la invitación del presidente Macron para ir a París a la primera oportunidad», añadió.
– La sombra de China –
Desde su llegada al poder, Albanese se ha apresurado para arreglar las tensas relaciones de su predecesor con Francia, Nueva Zelanda o con países insulares del Pacífico descontentos con los escasos compromisos medioambientales del anterior gobierno conservador.
También ha dado pasos para intentar organizar el primer encuentro a nivel ministerial con China en dos años, tras una serie de disputas políticas y comerciales con el gigante asiático.
La creciente agresividad de China bajo la presidencia de Xi Jinping explica la carrera de Australia para mejorar sus capacidades militares, un esfuerzo en el que los submarinos son fundamentales.
Con las naves de propulsión nuclear suministradas por Estados Unidos o Reino Unido, Australia podrá operar con más sigilo y dispondrá de una capacidad de disuasión mucho mayor frente a Pekín.
Pero su implementación no será rápida. Los primeros submarinos tardarán décadas en entrar en funcionamiento, dejando un importante vacío mientras el país depende de la anticuada flota actual.
La elección del contratista tendrá un importante impacto económico e implicaciones estratégicas. En una inusual revelación, el antiguo ministro de Defensa y ahora líder de la oposición, Peter Dutton, dijo esta semana que se había decantado por submarinos estadounidenses.
El actual gobierno afirmó que todavía no ha tomado una decisión.
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